Rosa Inés Floriano: fluir entre orillas opuestas

Boletín Comunicativo – Mayo 2024 – Boletín 4
En esta entrega conoceremos a Rosa Inés Floriano Carreras, comunicadora social periodista, quien ha hecho desde su natal Guadalupe (Huila, Colombia) un camino en procesos comunitarios y de paz, en los que logró desarrollar metodologías para el diálogo social, las cuales hoy agrupa en su trabajo como fundadora y directora de INSPYRE – Instituto Interamericano por la Paz y la Reconciliación -, ahora desde México para todo el continente.
Rosa Inés es de Guadalupe, un municipio agrícola del Huila, en el sur de Colombia, corredor natural entre la región andina y los llanos orientales del país. Es la menor de 9 hermanos dentro de una familia cristiana.
La misión de Rosa Inés ha fluido desde los grupos juveniles parroquiales, pasando por la pastoral diocesana, y un importante recorrido por la Pastoral Social y Cáritas de la Conferencia Episcopal Colombiana, en todo el camino su tarea es comprender el conflicto armado desde su pueblo natal y cómo generar alternativas para la paz, y, en todos los casos, se ha encontrado que la construcción de infraestructura para la paz pasa por el diálogo con los parecidos y con los diferentes, incluso, con los opuestos.
“El país estaba en una situación muy complicada, estoy hablando que esa tierra del Caguán era escenario de negociaciones, pero mientras tanto ocurrían los asaltos masivos en el Huila, los secuestros a los políticos, fue la época del secuestro de Ingrid Betancur, o el asalto del avión de Aires que se llevó a otros políticos, y se cayó el proceso de paz.”
“Ya desde entonces había una intuición de la paz territorial, la paz hay que hacerla como agenda de los territorios, porque el conflicto ha tenido marcas diferentes en cada lugar, se ha desarrollado de manera diferente en cada territorio, y las afectaciones son diferenciales territorialmente hablando, y las necesidades para poder hacer una transición a la paz también son diferenciales, por eso la paz que hay que concebir es una agenda territorial.”
¿Cómo fluir entre orillas opuestas en medio del conflicto?
Una clave fue mantener las relaciones con las personas que le permitieron seguir cultivando la espiritualidad, pero también, dice Rosa Inés, “hay una fuerza que te lleva y que te nutre que es la de las víctimas”. “Los pobres nos evangelizan,y las víctimas nos enseñan la resiliencia, la capacidad de perdonar, la capacidad de seguir caminando, incluso darlo todo por la paz aunque a ellas no se les haya hecho justicia todavía.”
Agrega “Desde la fe no se puede ser neutral, aprendí que hay que ser imparciales, sí, frente al conflicto, porque no estamos de acuerdo con la violencia armada desde ninguna orilla, pero perdemos completamente la neutralidad porque hacemos una opción, y la opción evangélica, radical, por los pobres, por los adeudos de esta historia, por los que han llevado la mayor carga de sufrimiento, que son las víctimas, yo creo que esto te humaniza, te esculpe el corazón de otra manera.”
La experiencia de los diálogos de la Iglesia para la construcción de paz en Latinoamérica
Son 25 años de formación que recibió gratuitamente de la Iglesia, de parroquia a diócesis, a la Pastoral y luego el CELAM y siente la necesidad de compartirlo con otros. En ese camino, un ejercicio para transversalizar la paz en la misma Iglesia y con otros actores como el Estado.
Dice Rosa Inés, la tarea era “Poner la pregunta adecuada para pasar de las posturas personales a la postura de pastores”, pensar la metodología que ayude a llegar a un nuevo punto hacia la colegialidad a favor de la paz. Formar a equipos de trabajo que terminaban en otras organizaciones, replicando lo aprendido y que se tradujo en un semillero que esparcía esta forma de soñar y construir la paz, generando “una infraestructura para la paz”.
Instituto Interamericano por la Paz y la Reconciliación: conectar estratégicamente a los trabajadores de la paz en la región
En Bogotá, en marzo del 2023, se realizó el Congreso Latinoamericano y Caribeño La Iglesia al servicio de la paz. Esto generó un momento de quiebre hacia un nuevo rumbo en la vocación de Rosa Inés, la creación de INSPYRE, el Instituto Interamericano por la Paz y la Reconciliación, fue un escenario para conectar con otros actores y ofrecer ese servicio de poner la pregunta correcta entre las personas correctas.
“Creo que fue un espacio muy importante, yo estaba tomando la decisión de dar un salto al vacío después de 22 años trabajando con Cáritas colombiana”. Fue el momento de la transición hacia el servicio a muchas más organizaciones desde los aprendizajes con la Iglesia colombiana, nos dice, “Fue la señal para dar ese paso”.
“Pude ver toda la riqueza que hay, tan desconocida, mucha gente que le ha consagrado su vida a la paz en el territorio, en la región, en América Latina, pero que son trabajos aislados, y justo, la ilusión que me llevaba a mí a pensar en la idea del instituto era el poder generar un conector, un catalizador, de tantos esfuerzos que hay, no solo de la Iglesia Católica, sino de muchas organizaciones eclesiales basadas en la fé”. “Se requiere ese servicio de conectar todos estos esfuerzos para fortalecerlos”.
Un servicio necesario para la paz en la región
“Estamos luchando con problemáticas muy complicadas, si vemos el retroceso democrático en América Latina, las derechas y los progresismos latinoamericanos se están alineando, y se vuelve casi como una lucha transnacional, y nuestras democracias están entrampadas en esas luchas ideológicas con populismos de derechas y de izquierdas, pero que van cerrando el espacio cívico para el verdadero disfrute de una democracia”.
Al contrario del crimen organizado y de otras estructuras con capacidad de influencia en los territorios, “Los trabajadores de la paz, de los derechos y de la justicia estamos supremamente desconectados y desarticulados”. Por lo que es necesario este ejercicio de articulación y de intercambio de saberes alrededor de la paz.
“En este congreso se pudo ver esa gran riqueza en todos los niveles de la Iglesia, procesos de base, luego estructuras eclesiales intermedias haciendo un trabajo muy importante, pero también, procesos de Iglesia de alto nivel, sosteniendo escenarios de diálogo que permiten capitalizar la proyección que hemos querido darle al Instituto con un concepto de construcción de paz, que conecta más estratégicamente a la Iglesia como cuerpo para que trabajando de esa manera tenga una mayor incidencia en la paz de la región”.
Este es el reto actual, conectar, generar el tejido entre quienes comparten el propósito de abrir espacios que favorezcan a la paz en nuestras sociedades.
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