DIAGNÓSTICO PRELIMINAR DE DAÑOS EN BAHIA BLANCA

El 7 de marzo de 2025, Bahía Blanca sufrió una devastadora inundación debido a una tormenta sin precedentes que dejó aproximadamente 400 mm de lluvia en solo ocho horas. Este evento extremo, que representa casi dos tercios del promedio anual de precipitaciones de la región, causó pérdidas humanas, miles de evacuados y daños económicos estimados en más de $400.000 millones (U$S 312 millones).
Causas y Características de la Inundación
La región de Bahía Blanca, con un clima semiárido templado, es propensa a periodos de alta humedad y sequía. Las tormentas intensas no son infrecuentes, pero la magnitud de la precipitación del 7 de marzo fue excepcional. La ciudad se encuentra en una pendiente suave a moderada con suelos de baja infiltración, lo que facilita una rápida escorrentía superficial durante eventos de lluvia extrema.
Evaluación de la Escorrentía y Caudales
El informe detalla que la superficie de afluencia de agua fue de 9.000 hectáreas, con un caudal promedio de evacuación de 140 m³/seg y un caudal de punta de crecida que alcanzó los 906 m³/seg en la confluencia del canal Maldonado y el arroyo Napostá. Este caudal superó con creces la capacidad del sistema de evacuación, que es de 300 m³/seg, provocando el colapso y la inundación.
Impacto y Medidas de Mitigación
La inundación afectó tanto áreas urbanas como rurales. En el sector rural, la escorrentía desde las laderas oeste cruzó el camino de la Carrindanga, ingresando al arroyo Napostá y causando desbordes significativos. Las medidas propuestas para mitigar futuros eventos incluyen:
- Retención y Almacenamiento en la Cuenca: Construcción de embalses y reservorios temporales, diques de retardo y humedales.
- Manejo del Escurrimiento Superficial en Áreas Rurales: Implementación de curvas de nivel, terrazas de infiltración y cobertura vegetal permanente.
- Infraestructura Urbana Adaptada: Ampliación y mantenimiento de canales de evacuación, uso de pavimentos permeables y techos verdes.
- Planificación y Gestión Integral de la Cuenca: Sistemas de alerta temprana, planes de ordenamiento territorial y acuerdos entre sectores productivos y autoridades.
Conclusiones
Las proyecciones climáticas indican un incremento en la precipitación anual en Bahía Blanca, aumentando el riesgo de eventos hidrometeorológicos extremos. Es fundamental implementar un enfoque integral de gestión del agua para reducir la vulnerabilidad ante futuras inundaciones. Las inversiones en estudios y obras de prevención son cruciales para proteger la ciudad y asegurar un desarrollo sostenible.
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